INRI CRISTO, en su peregrinación sobre la tierra, de país en país, de
ciudad en ciudad, llegó Buenos Aires, por la gana divina, aún disfrazado en
vestimentas profanas ("Vendré a ti como un ladrón, y no sabrás la que hora
vendré a ti..." - Apocalipsis cap.3 vers.3), antes del primer ayuno en
Santiago de Chile, sin tener conciencia de su verdadera identidad. Después de
haber se reunido con los periodistas en el Hotel De Las Américas, pasó a
recibir en audiencia las personas que lo buscaban en búsqueda de orientación
espiritual.
De entre las que comparecieron, surgió una mujer sexagenaria, que le
pidió una solución para el problema de su hija, cuya vida conyugal era un
infierno, alegando que era insoportable convivir con su yerno.