Berta Segura Sánchez, después de haber
preparado el local donde INRI CRISTO ayunó en Santiago de Chile, procuró
también la confección de la primera túnica.
Difícil fue hallar el tejido que ella,
inspirada por DIOS, hubo
recomendado. Después de incontables búsquedas infructíferas, ya
desesperanzadoras, encontraron finalmente, cerca de donde ella vivía, la última
parte de una pieza de lino puro y blanco, exactamente igual al indicado.